Soy Celia Iglesias. Nací en Guadalajara en 1978 y de momento continúo en la tierra a la que llegué.
Mi formación académica pasa desde las ciencias matemáticas, que me fascinaron y me fascinan, hasta la filología inglesa, para después dedicarme al estudio profundo (a veces reglado y a veces no) de la salud femenina, del cuerpo, de los procesos reproductivos, de la emoción en relación con la salud y la enfermedad, de todo lo que hay delante, detrás, encima, debajo y alrededor de las concepciones, de los embarazos, de los partos, de las crianzas. En 2021 y tras una profunda revolución personal, comencé los estudios de grado de psicología, que estoy a punto de terminar, a la vez que me formé en terapia de reflejos primitivos y neurodesarrollo infantil.
Desde el año 2004 comparto mi vida con mi compañero de camino, y en el 2005, mi primera maternidad me hizo aterrizar en mi feminidad, hasta entonces inconscientemente rechazada, olvidada, no cultivada. La llegada de mi hija me sumerge súbitamente en la lactancia, en la fusión con otra alma, en la sororidad, en el encuentro con otras mujeres, en el universo de la sexualidad libidinal primal (como dice Casilda Rodrigañez). A partir de ese momento comienzo mi formación en torno a las maternidades (monitora de lactancia).
Pronto me invitan a un parto en casa como acompañante y a partir de ahí decido que ese es mi camino, y llegan todas las demás formaciones relacionadas con embarazo, parto y postparto.
En este tramo de mi vida se produce la llegada de mi segundo hijo, para el que preparamos un parto en casa y que terminó en una cesárea innecesaria, violenta y durísima seguida de un ingreso injustificado y más tarde el descubrimiento de una mala práctica profesional resultante en secuelas físicas y emocionales para mí y para mi hijo de por vida. Todo esto me reafirma en el camino elegido y continúo con mi formación y ya mi acompañamiento real a mujeres reales.
Años más tarde, la pérdida de mi tercer bebé me lleva a mis profundidades y a hacer un trabajo personal sobre mi misma que me refuerza y me sitúa en otro lugar en el mundo. Es en aquel momento cuando comienzo a participar en un círculo de mujeres del que ya jamás podré prescindir.
Un tiempo más tarde llega al mundo mi cuarta criatura, tercer hijo en el mundo. Un nuevo parto en casa que resulta en una cesárea no deseada pero que vino a sanar la cesárea anterior. Una criatura que completó mi familia y me impulsó a, un tiempo después, poner energía en mi proyecto profesional.
Dicho proyecto tomó forma en 2014 como Hilando Fino, acompañada y acompañándonos entre dos mujeres. Desde finales de 2018 continúo con el proyecto sola, aunque muy bien acompañada por mujeres de otros ámbitos.
Mi forma de trabajar es absolutamente práctica y vivencial y utilizo todos los recursos de expresión para hacer los aprendizajes más profundos y duraderos.
Me gusta ir a la raiz y ser contundente en los puntos críticos. Trabajo con pasión en los temas que me apasionan y los que no me apasionan no los trabajo.